No creemos que la Guía Michelín se ponga a temblar con nuestro particular ranking de restaurantes, pero también es seguro que nuestra opinión no estará tan condicionada.
Les presentamos nuestro dietario de aquellos restaurantes que un día merecieron la pena o quizá dejaron de hacerlo.

lunes, 20 de junio de 2011

Restaurante Ca Suso

Ubicación: Oviedo, Marqués de Gastañaga, 10
Teléfono:    985 22 82 32

Muy cercano a la plaza del Ayuntamiento de Oviedo y en la animada calle del Carpio, nos encontramos con la gran cocina de un pequeño restaurante. Sorpresas te da la vida.

Ya había intentado reservar una mesa en este restaurante durante una visita anterior a Oviedo, con la mala suerte, y ahora me doy cuenta de hasta que punto, de encontrarles cerrados por descanso en esas fechas. Fue tal la amabilidad de la persona que me atendió y me cayó tan majo, que no dudé en prometerle que les visitaría la próxima vez que me acercara por Asturias. No soy tan fariseo como para asegurar que siempre cumplo mis promesas, pero en este caso si lo hice.

Llegamos al restaurante en torno a las 13.50 y nos lo encontramos vacío. Dada la experiencia del día anterior en Koldo Miranda, hubo un momento de dudas, que rápidamente se disiparon, dado que a la media hora éramos 6 las mesas que llenábamos medio local. El restaurante como ya he dicho, es pequeño, sin apenas barra, pero con una distribución de la sala muy cómoda y una decoración cuidada y acertada; se incluyen los servicios. Una música relajada de acompañamiento y una cocina acristalada con acceso directo al comedor, terminan por transmitir una sensación francamente acogedora al comensal. Por lo menos, nosotros estuvimos muy a gusto.

No me gustaría perderme enumerando los detalles que tuvieron con nosotros durante la comida, pero se nota escuela y buen hacer en todos ellos. El vino a su temperatura y constantemente atendido, advertencias y sugerencias respecto a los platos de la carta, junto a una permanente sonrisa son tan solo los más notables.

Tras dos aperitivos frescos y sabrosos, comenzamos el festín con las croquetas líquidas de queso La Peral (imprescindibles) y una ensalada de bacalao y brandada. Como platos fuertes yo me decanté por la fabada asturiana mientras que Mónica opto por su ya clásico magret de pato, esta vez acompañado de maíz y amaguestu. Todos los platos, a excepción de la fabada, tenían un interesante toque renovador, pero sin caer en las extravagancias y artificios que tanto se ven últimamente. Cocina sincera y presentada de forma elegante.

Antes de concluir nuestros segundos platos, nos ofrecieron un postre que tardaba cierto tiempo en elaborarse, con el fin de evitar incomodas esperas. Buen detalle. Aunque hubiésemos tenido que esperar, el postre hubiera merecido la pena. Se trataba de una mousse de chocolate negro con helado que resulto el colofón de una gran comida.

Respecto al precio, me pareció razonable teniendo en cuenta lo comido, no alcanzando los 60 €, bebidas aparte.

Os animo a pasaros por el restaurante cuando os dejéis caer por Oviedo.

Un abrazo.

1 comentario:

  1. Poco a poco se han hecho un hueco en la restauracion ovetense. Calidad y sonrisas. Que mas se puede pedir.
    Asturiano de la Alta Savoya.
    Saludos

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